El modernismo es la designación clásica que recibió el movimiento artístico desarrollado a finales del siglo XIX y principios del XX. Se concibió en contra de las formas estereotipadas de la época, rivalizando con los estilos academicista e impresionista.
Con un concepto que rompe con los esquemas pasados y la visión de construir un nuevo futuro, esta corriente invade los espacios de la pintura, escultura, orfebrería, artes gráficas y muy especialmente la arquitectura. Su expresión se reconoce al observar al uso extendido de formas inspiradas en la naturaleza, así como la inclusión de elementos exóticos.
Otra característica importante del modernismo es el empleo de líneas curvas orientadas a la sensualidad femenina, así como en general hacia formas asimétricas. Evoluciono hacia la década de 1.920 en un movimiento que se conoció bajo el nombre de Art Nouveau o Arte Deco.
A la vanguardia del modernismo arquitectónico, irrumpe el español Antonio Gaudí. Poseedor de un talento que le permitía concebir sus creaciones, integrando las utilidades estructurales y funcionales de sus obras con aplicaciones ornamentales.
Sus principales soluciones se erigieron con el sello del modernismo en cada una de ellas. Destaca la Casa Vinces, obra del modernismo es un edificio construido entre 1.883 y 1.888, en Barcelona, España. Represento unos de los primeros y más importantes proyectos de Gaudí.
Edificado por encargo de Manuel Vicens Montaner, con el propósito de establecer una casa de veraniego familiar, Gaudí se ocupó de darle su propia impronta personal con estilos modernistas, como se pueden observar el gran colorido de sus fachadas y la inclusión de diversos materiales.
Cerámica y color con formas naturales se confunden en Casa Vinces, evocando un aire oriental que recuerda construcciones persas y árabes. Con el fallecimiento de su antiguo dueño y el traspaso final a una entidad bancaria, se decide convertirla en museo, para el disfrute de todos aquellos amantes de este peculiar estilo.